La ansiedad es una respuesta adaptativa (quién lo diría, ¿verdad?) del cuerpo ante una situación en la que nos sentimos amenazados. El problema es que a veces esta respuesta que da nuestro sabio cuerpo no desaparece con la situación de amenaza y viene para quedarse…
Puedes tener ansiedad por algo que afecta de manera impepinable a tu vida, algo gordo, como se suele decir. También puedes tener ansiedad por algo no ¨tan gordo¨ y quizás hayas tenido que escuchar cosas como ¨no es para tanto¨, ¨estás exagerando¨, ¨lo que necesitas es relajarte¨ y otras joyitas del estilo… Si has pasado esto, siento mucho que haya sido así.
En ambos casos la ansiedad es igual de importante y provoca el mismo malestar. No es el hecho, es cómo respondemos ante él. Y esto, se aprende en terapia.
·¿Cuántas veces te sorprendes pensando en las cosas malas que puedan llegar a ocurrir?
·¿A veces notas como tu corazón se sube de vueltas y bombea más rápido, más fuerte, con mayor intensidad?
·¿Te sudan las manos, se te seca la boca si le das vueltas a un problema?
·¿Te pasas el día agobiado y en estado de alerta? ·¿Tensas tus músculos sin querer y notas tu cuerpo agarrotado?